Una juventud

diumenge, 6 de juliol del 2008

Una juventud és un text que vaig escriure l'any passat per al concurs de Sant Jordi de l'insti però com que juntament amb la fanfic que escrivia (no està acabada i dubto molt que la reprengui) considero que és de lo millor que he escrit (segons la meva modesta opinió) i com que penso penjar alguna que altra història o poema que escrigui he pensat estrenar-me amb Una juventud:

Aún me acuerdo de aquellos años. Era tan joven; un adolescente descubriendo la vida, el amor, el mundo. Con esa mirada negativa, siempre pensando mal y con poca esperanza hacia mi propio futuro y el del resto de seres vivos. Era un inocente que no sabía que la vida no es negra; es una escalera de grises que nunca se mantiene suficiente tiempo en el blanco.

La experiencia me ha enseñado que el pesimista, aquél que conoce realmente el mundo en que vive, tiene que tener fe, esperanza y ser un poco optimista para tener una vida. Al recordar todo lo que no hice veo claro lo que sí hice; nada. Me entristece pensar todo lo que me negué sin probarlo: aquella chica que me gustaba que nunca le llegué a decir que me atraía, lo buena que estaba, o aquella vez que no hice aquél viaje con mis camaradas por falta de ilusión. Sí, ahora, desde la objetividad y sabiduría que me ha dado el tiempo, veo claro que uno tiene que lanzarse a no ser que quiera tener una vida por vivir, como la hoja en blanco que espera que alguien escriba una historia en ella o la decore con ese dibujo que no se atreve a pintar.

Mi niñez, aquellos años que uno recuerda con melancolía, cuando el mundo solo era mis amigos, aquellos dibujos animados que tanto me gustaban, mi casa y la guardería, que después sería la escuela. Al recordarla veo las caras de mis primeros compañeros, éramos tan pequeños, tan inocentes, aunque, como es ley de vida, crecimos y nos perdimos en nuestras propias vidas. Qué habrá sido de ellos, les perdí la pista muy pronto, al entrar en la adolescencia.

Esos años que suelen ser locos, los de la adolescencia. Allí uno aprende que esa vida preciosa que tuvo años atrás, siempre que se le permitiera, no es la real; la vida es como el repaso televisivo que se da el último día del año; unos pocos sucesos alegres para romper la monotonía de las desgracias y errores que hace el ser humano. Sí, ahí fue cuando me amisté con el pesimismo, aquél amigo que me acompañó en mis ratos de depresión o cuando el miedo me invitaba a que le acompañara, invitación que no supe rechazar. Recuerdo que entonces me convertí en el que no vive, aquél que por miedo ve sentado la vida pasar diciéndose “y si...” pero sin llegar a convertir esas palabras en realidad por culpa de distintos miedos absurdos.

La madurez, esa interesante época de la vida, en que no sabes cuando empieza y a veces si la llegaste encontrar. Me imagino que aquí uno ya sabe elegir lo que quiere o, como mínimo, es consciente de las consecuencias y esta preparado para asumirlas. Lo más seguro es que uno al llegar, encuentra la paz interior que todo el mundo busca, o en todo caso sus inquietudes son serias y no las chorradas que tenía en la adolescencia y en esa juventud tan parecida a ella pero sin estudios y trabajando todos los días.

He observado que en la vejez uno vuelve a ser como un niño; necesita a los demás para seguir adelante, para que lo cuiden y pueda vivir más. Pero, a diferencia de ellos, su carácter ha cambiado, ha dejado atrás el buen humor solo se queja y refunfuña. Para él el mundo ha cambiado para mal, ahora los jóvenes son maleducados, no respetan nada, no tienen valores; en pocas palabras, son un mal de la sociedad.

Recordando esto veo claro que valgo poco, mi vida no ha sido una vida vivida, ha sido una de esas vidas que te he contado, aquellas que aún con el paso de los años están por estrenar.

Quizás te parece una historia triste, aunque no sabes lo que realmente es triste; todo esto es lo que me contó un muy buen amigo. Esta carta finalizaba diciendo que si la había recibido que me alegrara pues sólo se la había enviado a aquellos que son sus verdaderos amigos y que son importantes para él. Nos daba las gracias por nuestra amistad, los buenos momentos vividos por haberlo querido y nos deseaba lo mejor para esta vida grisácea que ojalá la nuestra sea un arco iris.

Recordar esto siempre me pone triste, ahora mismo un par de lágrimas resbalan por mis mejillas recordándome la diferencia entre él y yo; al día siguiente de enviar esta carta dejó, con veinticinco años, el mundo y con él todos esos momentos de felicidad que estoy seguro le esperaban así como todo aquello que hubiésemos hecho juntos que seguro nos acordaríamos de mayores al pensar en lo buenos que fueron aquellos años.

Títol: Faig saber
Grup: Els Pets
Àlbum: Com anar al cel i tornar



Aquest tema m'agrada força i, si l'escoltes, ja veuràs que comparteix una cosa amb el text, per algun motiu he triat aquesta cançó per acompanyar aquesta entrada.

2 Comments:

Tamy ha dit...

mm...Lo del chico ese es verdad?¿
En fin..., tienes razón en que es por el momento lo mejor que has escrito, me gustó mucho la verdad.
Lo que no estoy de acuerdo en que digas que no has estrenado tu vida. Tu crees que esa gente que desde los 10 años está en la calle, a los 14 tiene un coma etílico, a los 16 está en un hosìtal por sobredosis...etc...eso es vivir la vida? Pues prefiero leer un libro, pese a que la gente diga que si no estas en la calle no es vida...¬¬'
Todo es vida..., cada uno a su manera. Sería distinto que tu en vez de escojer por libre elección la 2º opción lo hicieras por miedo cuando siempre has querido la primera... Cuando empiezas a elegir ya estas viviendo.
Bueno creo que he sido un poco exagerada pero asi se entiende mejor xD
Ale adeu!

Anònim ha dit...

me ha gustado mucho tu tetxo!
de verdad...
me ha parecido muy bueno :)